Integrantes de la Tertulia Cuatro Gatos durante un evento con motivo del Mes de la Herencia Hispana.
Algunos de los integrantes de la Tertulia Cuatro Gatos atribuyen los éxitos y cada vez más amigos a que se trata de una iniciativa abierta a todos, en la que latinoamericanos residentes de la Florida Central — que comparten la pasión por un idioma, el español — conversan sobre libros, escuchan buena música o admiran obras de arte.
"La idea siempre fue fabulosa: compartir las experiencias, las tradiciones y nuestra cultura", afirmó Martha Elena Ruiz, quien junto con Rosa Elena Chávez y Armando Sánchez se dividen la responsabilidad de coordinar las reuniones del grupo en la biblioteca Southeast, cerca del aeropuerto de Orlando.
De acuerdo con Erin Sullivan, del Sistema de Bibliotecas del Condado de Orange (OCLS, siglas en inglés), la iniciativa comenzó en 2007 cuando Edith Medina, quien era empleada ahí, notificó que varios residentes hispanos necesitaban un salón en una de las bibliotecas para poder reunirse. Entre ellas estaba la colombiana María Emma Fernández.
Fernández, colombiana y residente del sur de Orlando, se convirtió en el rostro del grupo y con el tiempo lo transformó en una celebración de la literatura y de todas las manifestaciones artísticas de hispanoamérica en la Florida Central. Así, el club de libros en español de las bibliotecas de Orange pasó a conocerse como Tertulia Cuatro Gatos.
En la última década el grupo ha crecido y ahora hay reuniones en cinco bibliotecas del condado de Orange, y se ha extendido a dos del condado de Osceola, siendo la más reciente la de Poinciana..
Los encuentros regulares en las bibliotecas son una parte esencial de Tertulia Cuatro Gatos, pero como a los felinos, se les ve en todas partes.
Por ejemplo, han apoyado a grupos culturales de la ciudad de Orlando, lo que ha permitido que se realicen conciertos y obras de teatro. También interactúan con frecuencia con los consulados de México y Colombia.
Además, organizan viajes y excursiones. En 2013 fueron a St. Augustine cuando trajeron de España una réplica de un galeón y a St. Petersburg para recorrer la exhibición de Frida Khalo en el Museo Dalí.